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Primera planta de biocarburantes exclusivos para la aviación en Países Bajos.

07/06/2019

viernes 7 de junio, 2019

Esquema de la biorrefinería que construirán SkyNRG, KLM y SHV Energy en Países Bajos

Esquema de la biorrefinería que construirán SkyNRG, KLM y SHV Energy en Países Bajos
La biorrefinería producirá 100.000 toneladas anuales de bioqueroseno a partir de residuos, principalmente aceites usados, y 15.000 de biopropano.

Lo más parecido a la biorrefinería que se proyecta construir en Delfzijl es la que la compañía finesa Neste tiene también en Países Bajos, en el puerto de Róterdam, donde produce hidrobiodiésel y biopropano a partir de los gases secundarios de la factoría, los cuales separa y purifica. Sin embargo, KLM, SkyNRG y SHV Energy aseguran que la suya es la primera en Europa dedicada en exclusiva a surtir de biocarburantes a la aviación y producir además biopropano y nafta.

Vaya por delante que, desde hace unos años, muchas de las notas de prensa que se refieren a los biocarburantes destinados a los motores de los aviones eluden este término y emplean el de SAF, siglas en inglés de combustible de aviación sostenible. Es así como denominan las tres compañías citadas al biocarburante que saldrá de la futura planta de Delfzijl y que producirá unas cien mil toneladas al año.

De esas cien mil toneladas, KLM, como parte del acuerdo, se compromete a comprar 75.000. Se trata de una apuesta más por los biocarburantes de esta aerolínea de los Países Bajos que entre otros logros tiene el de establecer algunos de los primeros vuelos transoceánicos regulares empleando bioqueroseno a partir de aceites de cocina usados. 

La instalación funcionará con hidrógeno
SkyNRG también tiene experiencia en este campo, y de hecho anuncian que este tipo de materia prima, junto a otras corrientes de residuos de origen orgánico procedentes de industrias del entorno, serán con las que trabajarán en la planta de Delfzijl, que está previsto que entre en funcionamiento en 2022. La participación de SHV Energy se centra en el compromiso de compra del biopropano (15.000 toneladas anuales) y en invertir en la instalación.

En la nota de prensa que refleja el acuerdo, se menciona que, además de producir un biocarburante con residuos, “la instalación funcionará con hidrógeno sostenible, que se produce utilizando agua y energía eólica”. “Gracias a estas opciones, el combustible tendrá una reducción de CO2 de al menos el 85 por ciento en comparación con el combustible fósil y una disminución significativa de partículas ultrafinas y emisiones de azufre”.

Inteligente y Sostenible
Para KLM, este paso va en la línea del cumplimiento de un plan de acción denominado Inteligente y Sostenible que firmaron veinte entidades de Países Bajos asociadas a la aviación y la investigación. En dicho plan se admite que “el combustible sostenible es una de las formas más efectivas de reducir las emisiones de CO2 en un plazo relativamente corto si se trata de bioqueroseno hecho de materias primas que no comprometen los suministros de alimentos humanos o animales o que causan daños ambientales como la deforestación”.

Por otro lado, SkyNRG asegura que la sostenibilidad del nuevo producto está avalada por una “junta de sostenibilidad independiente” en torno a la propia empresa en la que participan representantes de WWF International, la Fundación Europea para el Clima, Solidaridad Network y la Universidad de Groningen. El biocarburante se certificará con el esquema Roundtable on Sustainable Biomaterials (RSB), uno de los diecisiete aprobados por la Comisión Europea.

“Ningún esquema de certificación utiliza una gama tan amplia de criterios”
Rolf Hogan, director general de RSB afirman que sus estándares “son considerados mundialmente los mejores de su clase, con doce principios integrales que incluyen emisiones de gases de efecto invernadero, derechos humanos y laborales, prácticas para mantener la salud del suelo y el uso del agua y el desarrollo rural y social”. “Ninguna de los otros esquemas utiliza una gama tan amplia de criterios", afirma Hogan.

Hace un año, en una revisión crítica que hizo la fundación Changing Markets sobre la efectividad de estos esquemas para frenar o ralentizar la deforestación, el drenaje de turberas o la pérdida de biodiversidad causados por el aceite de palma, los dos que salieron mejor parados fueron el RSB y la  International Sustainability and Carbon Certification (ISCC).

 

Por: Javier Rico.

Fuente: energias-renovables.com
 

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