Cuando la simplificación pasa al frente
Cuando la simplificación pasa al frente:
viernes 24 de octubre, 2025
Desde hace meses, los grandes países de la Unión Europea —como Alemania, Francia e Italia— están reivindicando con más fuerza una prioridad absoluta por la simplificación normativa, la competitividad y la rentabilidad económica en la transformación energética. En ese contexto, España parece encontrarse cada vez más aislada, con Pedro Sánchez y Teresa Ribera apostando por mantener el foco en la transición ecológica aunque afronten menor respaldo entre los socios.
Qué está pasando
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Quince líderes de la UE enviaron una carta al presidente del Consejo Europeo reclamando que la “simplificación es clave para la competitividad”. Entre ellos estaban el canciller alemán Friedrich Merz, el presidente francés Emmanuel Macron y la primera ministra italiana Giorgia Meloni. España no figura entre los firmantes.
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La simplificación se entiende como: reducir cargas administrativas, acortar los plazos de permisos, evitar obstáculos reguladores para inversiones que permitan “rentabilidad” en la transición energética.
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Por su parte, Teresa Ribera ha reconocido que la simplificación de normas de sostenibilidad necesita “equilibrio” entre mantener exigencias y aligerar cargas, lo que apunta a un replanteamiento de algunas ambiciones más estrictas.
Implicaciones para España y la transición ecológica
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Para España, queda el reto de mantenerse relevante en la política europea de la “economía verde” si adopta una postura distinta a la mayoría de los grandes socios.
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La reclamación de “rentabilidad” y “competitividad” impacta directamente en cómo se diseñan las políticas de descarbonización, renovables e industria verde: cada vez más se exige que no sean sólo ecológicas, sino también económicamente viables.
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Las empresas y sectores industriales españoles pueden beneficiarse si las normas se simplifican, los permisos se agilizan y los incentivos se enfocan en resultados reales y competitivos. Pero también existe el riesgo de que se rebajen estándares medioambientales si la simplificación se interpreta como recorte de exigencia.
Europa parece estar girando hacia una fase en la que la transición verde ya no es sólo una cuestión ambiental sino industrial, económica y competitiva. España, con Sánchez y Ribera al frente del empuje ecológico, se encuentra en una encrucijada: puede liderar desde la coherencia con el verde, o quedarse al margen si la prioridad cambia hacia la simplificación y competitividad. En todo caso, el mensaje está claro: la próxima etapa de la política climática europea exigirá más vistas al mercado que solo a la normativa.
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